
Paseábamos en medio del barranco, sorteando las ensortijadas aulagas y las pencas del camino. Conversábamos de todo un poco. Había una seguridad en las sentencia de la niña de niña de nueve años que sólo la inocencia puede contener.
–
¿Qué te parece como está quedando la casa ahora?-le pregunté cuando sentí que llevaba un rato callada.
¿Qué te parece como está quedando la casa ahora?-le pregunté cuando sentí que llevaba un rato callada.
–
Estaba pensando lo mismo ahora- me respondió abriendo mucho los ojos.
Estaba pensando lo mismo ahora- me respondió abriendo mucho los ojos.
–
Tengo telepatía, te leo el pensamiento- respondí.
Tengo telepatía, te leo el pensamiento- respondí.
–
Yo también- afirmó convencida. Luego después de un momento dijo- Nosotras tenemos suerte. Todo lo que pensamos se cumple.
Yo también- afirmó convencida. Luego después de un momento dijo- Nosotras tenemos suerte. Todo lo que pensamos se cumple.
–
¿Sí?- Pregunté divertida.
¿Sí?- Pregunté divertida.
–
Sí- dijo la niña con convicción- Una vez soñé que volaba, me encantaba volar. Entonce me quité una pestaña y pedí un deseo: volar. Y al día siguiente vino mi tío a mi casa y me levantó en brazos en el aire y era como si volara.
Sí- dijo la niña con convicción- Una vez soñé que volaba, me encantaba volar. Entonce me quité una pestaña y pedí un deseo: volar. Y al día siguiente vino mi tío a mi casa y me levantó en brazos en el aire y era como si volara.
–
¡Vaya qué bien¡
¡Vaya qué bien¡
– ¡Y tú ¡¿Qué quieres para ti ?– me preguntó con la
mayor naturalidad.
mayor naturalidad.
Suspiré. Tenía
el día melancólico. Hacía mucho calor.
el día melancólico. Hacía mucho calor.
–
Alguien que me quiera y a quien querer- dije sin mucho entusiasmo.
Alguien que me quiera y a quien querer- dije sin mucho entusiasmo.
–
Uhmm… – eso es muy difícil te tienes que quitar dos pestañas por lo menos.
Uhmm… – eso es muy difícil te tienes que quitar dos pestañas por lo menos.
Sonreí.
–
¿ Dos?
¿ Dos?
–
Sí, por lo menos- dijo con total certeza.
Sí, por lo menos- dijo con total certeza.
Es una niña mágica.
Volará feliz.
Ojalá que tú también.
Besos.
A mi me pasa como a ella, sin arrancarme pestañas: siempre soñé con volar y he volado en parapente; siempre soñé con un caballo y hubo un momento en que tuve dos (ahora solamente tengo uno, jubilado. Bueno, jubilados los dos, nos tenemos uno a otro)
La inocencia es la puerta a creer que podemos, y por ello, lo intentamos y lo hacemos. A veces hay que usar pestañas, otra voluntad y siempre hay que estar abierta a aprovechar cada momento, en el cual nos ofrecen sentimientos y sensaciones que quizás no las queramos, pero si las necesitamos.
Me gusta el giro que le das a tus letras abrazo
Despestañada te veo. Linda historia .
Por lo menos dos 🙂
Me encantó!
Besanises, Ico.
precioso y sin artificios,como el amor verdadero 😉
precioso y sin artificios,como el amor verdadero 😉