Esta especie abunda por todos lados y se reproduce como una plaga bíblica. La mujer conejo se quiere a si misma por encima de todo, por esta razón, su principal interés es reproducirse para mantener su propia especie y dar al mundo nuevas conejitas que repoblarán la tierra de seres fatuos y acéfalos. Así hasta el infinito. Siempre dispuesta para el hombre perro pasa sus días y sus tardes en acicalar su hocico y prepararse para el apareamiento. Sus ojos libidinosos que sólo apuntan esta idea fija la delata.
La mujer conejo sabe siempre lo el hombre perro quiere. Detesta pensar y prefiere que todo se lo den hecho. Utilizada durante generaciones como criadero para la guerra ha asumido que su rol reproductor es innato o por naturaleza.
Son enemigas de las mujeres libres porque conocen sus intenciones y le afean su egoísmo. Ella prefiere no ser, acaricia su pecho mamador y ensalza este como justificación de su existencia.
Un buen simil, mujer conejo, hombre perro, hay mucho de eso, sobre todo en puestos a cierto nivel.
Saludos
Lo has clavado!
una lluvia de besos
Joder, que bueno….
La mujer conejo y el hombre perro… jajajjajajaaa
Jaajjajaa
Lo mejor desde hace mucho tiempo.
Gracias por las risas y por la reflexión.
Lo de criadero para la guerra me ha golpeado.
Que fuerte también.
Me río, no me río, me río, no me río… hoy soy Toro Margarito.
Besos.
Veamos la cosa con optimismo. Yo creo que afortunadamente cada vez hay menos mujeres conejo, para desgracia de los hombres perro, ¿o no?
Un beso, profe.
Gracias.. bueno esperemos que a la escultora le guste igualmente. Le dije que me sugerían muchas fábulas y narraciones las esculturas y me dijo a por ellas.. aquí están ..
Abundan Ico, y sí hacen la pareja ideal.
Besos.