La promesa

Yo no creí merecerte
eras tan brutalmente inocente
Con ese pudor infantil
que me desarmaba
 Y me hacía
quererte
más desesperadamente
Y tu,
 pequeña,
apenas nacida para el amor
 ofreciéndote a
como un fruto prohibido
 Y jugoso.
Si hubieses sido, tú,
 hace veinte
años
Tú,
antes de que tuviese tanto miedo
a sentir
no sería lo que soy
y tal vez 
me quisieras  como
yo a ti
porque sabes que 
yo te esperaría
hasta  que
volvieras y crecieras
y  vivieras mil
batallas y derrotas
 Y la vida te
devolviera el gesto amargo
que acompaña
a tantos años vividos
Si tú me quisieras
como yo a ti
 me quedaría  aquí
 en el mismo
sitio
Sabiendo ya que no habría podido
 hacer nada por
salvarte
Del rictus amargo de la vida
ahora
que  el miedo te
detiene
al verte  frente
a mi
con  tantos años
No vividos
Vengo a decirte que me voy
Me voy como el que huye del dolor o
de su  propio
miedo
En realidad,
ya me fui hace mucho tiempo
sólo por saber si alguien  

esperaba mi regreso.
Etiquetas:

2 pensamientos sobre “La promesa”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *